GOZOS AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Milagroso buen Jesús, Sálvenos tu Santa Cruz, bondadoso buen Jesús, eres vida, gozo y luz.

Para salvar tus corderos te llamaste Buen Pastor, y con ese inmenso amor cruzaste nuestros senderos, Dios y Hombre verdadero: nuestra guía y nuestra luz.

El Reino fue tu programa, la justicia y la hermandad, la paz y la caridad que un nuevo mundo proclama y que el corazón inflama, peregrino de Emaús.

Admirable caridad de una indígena sencilla, que te obliga -oh maravilla- a volver una vez más para mostrar tu bondad, amable y dulce Jesús.

Tras la noche más oscura se hace el mundo luminoso porque el Cristo Milagroso, como un astro de luz pura, sobre los pueblos fulgura desde el árbol de la cruz.

Multiplicas los portentos como en tu vida terrena, cambias en gozo las penas y en gracia los sufrimientos, a los tristes das contento y pan a la multitud.

Vamos haciendo camino entre gozos y dolor. Mira al pueblo en aflicción, Samaritano Divino, y que tu aceite y tu vino hagan fecunda la cruz.

Profeta de la vida, pregonero de la paz, concédenos superar la violencia fratricida. Cambia, Señor, las heridas en justicia y rectitud.